
A casi un año de la muerte del afronorteamericano George Floyd durante un arresto policial, dicho acontecimiento ocupa titulares y primeras páginas en diversos medios de comunicación luego de realizarse el juicio al asesino, el exagente Derek Chauvin (45 años).
El 25 de mayo de 2020 y los días posteriores un escalofriante vídeo le dio la vuelta al mundo mediante las redes sociales. Las imágenes delatan al verdugo de la historia con una de sus rodillas apoyada en el cuello de Floyd para “supuestamente” inmovilizarlo mientras este último rogaba por su vida alegando que no podía respirar.
Según algunas publicaciones, se trata de una técnica permitida en Minnesota (Estados Unidos) para controlar a detenidos que se resisten, sin embargo, más allá de la maniobra, el horror estuvo desencadenado por el tiempo en el cual Chauvin la utilizó: más de nueve minutos.
Integrado por 12 personas, un jurado seleccionado con rigor y sumo cuidado decidió el futuro del exagente que no quiso declarar en el juicio y a quien se le condenó por varios cargos.
Al finalizar sus intervenciones, el fiscal Steve Schleicher ha pedido al tribunal que crea lo que vieron sus ojos y que no hagan oídos sordos a las sensaciones y sentimientos que desencadena el vídeo.
CARGOS DE HOMICIDIO Y ASESINATO
Chauvin fue condenado por tres cargos: homicidio imprudente, asesinato en segundo grado (con intención en el instante, pero sin premeditación) y asesinato en tercer grado (sin premeditación, pero por una actuación temeraria o depravada).
La defensa del acusado refirió que los más de nueve minutos difundidos por las redes obvian lo que sucedió un cuarto de hora antes, al referirse a un primer momento en el cual Floyd se resistió al arresto.
Además, insiste en que los agentes del orden (cuatro policías) acudieron por un aviso sobre un billete falso de 20 dólares con el que el fallecido quiso pagar, apunta al consumo de opiáceos por parte de Floyd y posteriormente a sus efectos nocivos para la salud.
Sobre Chauvin pesan además las campañas en defensa de los derechos de los afronorteamericanos que se realizan desde el fallecimiento de Floyd y las continuas denuncias contra el historial de violencia de la policía estadounidense, un tema que no es para nada novedoso.
El CULPABLE, ES CULPABLE…
Para millones de personas en el mundo, como para el jurado el expolicía es culpable. El veredicto fue claro y certero, Chauvin está pagando en este momento 12 años de privación de libertad, tentativamente, no se le aplicó un numero mayor en la condena por no tener antecedentes penales.
Por los motivos que sean, Floyd se ha convertido en una especie de mártir y símbolo de un gran número de afroestadounidenses que son marginados por el color de su piel y condición social, y que ven en la policía a un enemigo que asedia sin descanso.

Sin lugar a dudas el proceso contra Chauvin reincide en el tema de la violencia del sistema policial de Estados Unidos, acentuado de manera directa por el racismo imperante en el país.
De acuerdo con la ley norteamericana, a los agentes de policía se les permite usar la violencia, pero no de manera injustificada o excesiva, no obstante, cuando un sospechoso acaba muerto rara vez se les condena.