Washington es una ciudad de películas hoy. La capital de Estados Unidos está artillada hasta los dientes. El despliegue de la Guardia Nacional deja una postal digna de Afganistán. Luego de los sucesos del 6 de enero no se dejará a la suerte la seguridad de las instituciones del Estado. 

Donald Trump ya está en Florida, disfrutando de su último día como el hombre más poderoso del mundo. En Washington no se extrañará su presencia en la toma de posesión de Biden. El showman se perderá las voces y las curvas de J. Lo y Lady Gaga. El servicio de inteligencia debe haber tomado medidas para que Biden, con sus 78 años, no se exalte con los encantos de estas estrellas.

Las primeras acciones

A partir del medio día los migrantes indocumentados respirarán más tranquilos. Biden procederá lo antes posible a suspender toda priorización de deportación de esta comunidad. 

La democracia norteamericana espera a Biden como la vacuna de la “pandemia trumpista”. El historiador Michael Beschloss dijo al respecto: “Creo que hemos pasado por una experiencia cercana a la muerte como democracia. Los estadounidenses que presenciarán el juramento del nuevo presidente son mucho más conscientes  de lo frágil que es nuestra democracia y lo mucho que necesita ser protegida”.

No hay mucho que celebrar con efusividad hoy en Washington. Biden deberá enfrentarse a la catástrofe que deja Trump en materia epidemiológica. Sus primeras órdenes sobre la atención a la pandemia deben estarse poniendo en el despacho oval para que sean firmadas cuanto antes.

Hoy no pasará nada en Washington, es hora de guardar el morbo. No habrá tiroteos, ni atisbo de guerra civil. Para los que esperan acción, es mejor que abandonen la trasmisión en vivo y se conecten a Call of Duty, es lo que más adrenalina dará este 20 de enero.