Estadio Olímpico de Tokio 2020
 Vista aérea del Estadio Nacional de Japón, Tokio, Arne Müseler, CC BY-SA 

El entrecomillado del título llega recordando la repetida frase que enarbolan invariablemente cada cuatro años los presidentes del Comité Olímpico internacional, COI, en sus palabras de clausura de cada edición de los Juegos Olímpicos. El máximo mandatario de turno no deja de incluirla en su discurso a pesar de que seguramente presume que, por sobreuso, muchos de los que escuchen no le den ninguna veracidad.

 Los juegos terminaran en pocas horas en la capital nipona, pero en esta ocasión es muy probable que la famosa frase quede finalmente excluida.

Los Juegos de Tokio quedaron obligados a singularizarse de muchas maneras al tener que contemporanizar con la pandemia del Covid19. La utilización de las llamadas burbujas sanitarias para proteger el desarrollo de las competencias, el rechazo de un gran porciento de la población local al desarrollo de los juegos en territorio japonés, y la ausencia de público en las instalaciones; son todas particularidades de estos juegos que no los dejan muy bien parados cuando se les compara con ediciones precedentes. 

La pandemia, origen de todos los males de Tokio 2020.

La situación sanitaria global se esperaba que también incidiera bastante en los resultados deportivos de Tokio 2020 .  Los confinamientos hogareños impuestos por muchos países para tratar de contener la epidemia terminaron copando de complejidades los planes de entrenamientos de la inmensa mayoría de los atletas participantes en esta lid.

Contrario a lo que se pronosticaba, la cita de la capital japonesa ha sorprendido a todos con resultados que en muchas especialidades logran superar lo cosechado en las ediciones de Rio de Janeiro 2016 y Londres 2012, demostrando la enorme capacidad de los atletas para crecerse cuando lo que se desea está relacionado con los famosos aros entrelazados.

Deportistas entrenando en Tokio 2020
Fotografía representativa de las pesas de empeine, Autor: Vicente Borés Cifo, CC BY-SA 4.0

Los deportistas a lo suyo, como si no pasara nada

A falta de poco más de 48 horas para finalizar la cita de Tokio se aprecia una fuerte lucha de Estados Unidos por no ser desbancados por China de la cima del medallero. De terminar ocurriendo lo anterior sería apenas la segunda vez que ocurriera en las últimas 7 ediciones. Tokio 2020 podrá exhibir para la historia a sus más destacados medallistas, los casos de los nadadores Caeleb Dressel y Enma Mc Keon. El estadounidense se llevó 5 oros de las piletas mientras que la australiana podía colgarse 4 áureas y 3 bronceadas.

Los anfitriones japoneses superaron con creces sus mejores resultados históricos, tanto en número de campeones como en medallas totales, e igualaron además el tercer lugar de 1964 cuando la capital del país fue sede olímpica por primera vez.

Buscando más datos que ayuden a sostener el criterio que habla sobre el alto nivel competitivo de estos juegos, encontramos lo relacionado a la cantidad de récords olímpicos y mundiales que se han logrado durante el magno evento multideportivo.

Tomando en cuenta lo ocurrido solo en Atletismo, Natación, Ciclismo de pista, Tiro deportivo y Halterofilia, se aprecia que la producción de cotas olímpicas se elevó hasta la cifra de 75, y la de récords mundiales llegó a  19. Es un hecho que el nivel cualitativo de los juegos quedaría  fuera de cualquier  discusión.

Rentabilidad económica, asignatura en deuda en Tokio 2020.

Pero donde sí salen trasquilados los juegos de Tokio 2020 de cualquier comparación, es en lo referido al saldo económico que dejarían pues los números se ofrecen invariablemente en negativo.

Un experto financiero japonés escribía en un informe hacia el gobierno nipón :

«Gran parte del beneficio económico esperado de los Juegos de Tokio desapareció en marzo, cuando se decidió prohibir a los espectadores extranjeros viajar a Japón».

Por supuesto que la no llegada de turistas al archipiélago a propósito de los juegos, echó por los suelos el interés que habían mostrado los patrocinadores locales con la posibilidad de usar la cita como escaparate de sus productos de cara al exterior.

Aunque es difícil poner en cifras la verdadera magnitud de las pérdidas económicas para Japón, ya que los cálculos operan sobre la base de valores relacionados las hipotéticas ganancias del evento en otras circunstancias; especialistas en economía se atreven a manejar números en el orden de los 15.000 millones de dólares.

Con la venta de entradas a las instalaciones se perdieron aproximadamente 800 millones de la moneda verde norteamericana. A esa gran perdida habría que sumar todo lo que se estima ha perdido el sector turístico y los negocios asociados a él, además de otros sectores que igualmente confiaban en un renacer económico con los Juegos.

Con todo lo anterior resulta imposible ponerle algún saldo positivo a los juegos de Tokio más allá de lo logrado en el orden deportivo.

Esta vez no, Tomas Bach. El discurso del Presidente del COI al cerrar oficialmente los juegos de Tokio 2020, necesitará un poco de más originalidad y sobre todo, objetividad .