Manifestaciones del 11 de Julio en Cuba. Foto: Redes Sociales

Representantes de la sociedad civil cubana entregaron cartas en las oficinas de los Gobiernos de La Habana y Holguín. Notifican una marcha antigubernamental para el 20 de noviembre y piden todas las garantías para los participantes. ¿Dará el gobierno permiso, por primera vez en 60 años, a sus opositores para manifestaciones en Cuba?

La convocatoria proviene del grupo denominado “Archipiélago”, que lidera entre otros Yunior García Aguilera y tiene como eje expresarse contra la violencia, exigir respeto a los derechos de todos los cubanos, la liberación de los presos políticos y la solución de las diferencias a través de vías democráticas y pacíficas.

“Luego de amplios y profundos debates con varios miembros de la sociedad civil se decidió realizar la Marcha el primer sábado luego de que el país se abra al turismo internacional, o sea, el próximo 20 de noviembre”, dijo Yunior en su página de Facebook.

Las primeras cartas fueron entregadas al gobierno de la capital, le siguió Holguín y luego en otras provincias presentarán documentos similares ante las autoridades. Se convoca a los cubanos emigrados a acompañar la Marcha ese día desde cualquier lugar del mundo donde se encuentren.

“Manifestarse pacíficamente es un derecho humano reconocido en la Constitución de La República. Violar o impedir el ejercicio pleno de este derecho es un delito. Esperamos que las autoridades actúen con estricto apego al derecho y se respete la dignidad de cada cubano involucrado en esta iniciativa ciudadana”, sostiene Aguilera.

Policía frente a manifestantes el 11 de Julio en Camagüey, centro oriente de Cuba. Foto: Redes Sociales

PERMISO PARA MANIFESTACIONES EN CUBA

En el improbable caso de que las manifestaciones en Cuba se autorizaran, sería la primera vez en 62 años que el gobierno lo permita y una clara demostración de la fuerza creciente de la sociedad civil “no autorizada”. Hasta ahora, el propio Estado ha sido el organizador de cualquier movilización y, por supuesto, a tono con sus intereses y requerimientos.

La inmensa mayoría de los convocantes coinciden en que la respuesta será negativa. Lo que reafirmaría el carácter totalmente antidemocrático del régimen ante la comunidad internacional. Daría al traste con sus pretensiones de vender una imagen absolutamente contraria a la realidad cubana.

Y el pedido demuestra el civismo de los solicitantes, amparados en la Constitución Nacional, que en su Artículo 56 reconoce los derechos de reunión, manifestación y asociación con fines lícitos y pacíficos. El problema principal es lo que el gobierno considera “lícito”, toda vez que reprimió las protestas del 11 de julio con violencia.

En esa oportunidad, el presidente Díaz-Canel solo tuvo espacio para la violencia, llamando desde los medios de comunicación al enfrentamiento entre cubanos. Apenas días después pretendió darse “un baño de pueblo”, visitando localidades  donde se originaron las manifestaciones y fueron escenario de virulenta represión gubernamental.

Díaz-Canel llama a la lucha en las calles contra los manifestantes el 11 de Julio de 2021

PANDEMIA Y MANIFESTACIONES

Lo único que frenaba a los convocantes a la Marcha era la pandemia. La sociedad civil cubana criticó duramente los “actos de reafirmación” tras el 11/7. Las cifras de contagiados y fallecidos aumentaron sin control y se consideró imprudente una concentración. Tanto médicos como pacientes llamaron a ser responsables y solidarios.

Y aunque la crisis no ha cambiado mucho, se anunció la reapertura del curso escolar y otras medidas de flexibilización. Para el 15 de noviembre el país abrirá sus puertas al turismo. De ahí, no existiría una razón legal ni excusa, salvo la falta de voluntad del gobierno, para impedir la Marcha.

Uno de los aspectos en que insisten los organizadores es en conquistar el derecho a manifestarse, lo consientan o no, con seriedad, civismo, paz y firmeza. El carácter pacífico de las manifestaciones es tema recurrente. Existe la certeza de que el gobierno infiltró agentes provocadores durante el 11/7, responsables en gran medida de la ulterior violencia.

Solo el tiempo confirmará si el gobierno se aviene a permitir manifestaciones en Cuba ajenas a su objetivo de mantener el poder total. Aunque es muy improbable, de ser masiva la solicitud de permisos en todo el territorio nacional, quedará claro que el 11/7 no fue obra de “confundidos” o “vándalos”, sino de un pueblo harto de 60 años de carencias y atraso.