
La primera guerra mundial (1914-1918) dio un vuelco al mundo en muchos sentidos, pero quizás uno de los más insospechados fue la pequeña revolución que llevaron adelante un grupo de mujeres en los años 20. ¿Quiénes fueron las flappers? Pues unas chicas encantadoras que se plantaron ante el machismo y emprendieron un camino firme hacia su autonomía.
Mucho se habla de su apariencia y de la moda que defendieron, sin embargo, lo más inquietante para los convencionalistas de la época fue la filosofía de vida que defendieron. Para ellas el roll de madre y esposa ya no regía su universo. Algo había cambiado y comenzaron a soñar con tener una vida propia.
Algunas corrieron tras el sueño de ser actrices o bailarinas, otras simplemente transformaron su vestuario para trabajar cómodas. Los trajes ya no eran cargados, ahora vestían piezas más sencillas que les permitía moverse con mayor facilidad. Lucían guapas bisuterías y escandalosas joyas. Eran mujeres hermosas, pero diferentes.
Uno de los puntales más representativos de las flappers fue Coco Channel, la célebre diseñadora de alta costura francesa. Su estilo y labor artística la convirtió en la única modista que figura en la lista de las cien personas más influyentes del siglo XX de la revista Time.
En tanto, otras representantes de ese estilo de vida fueron las actrices estadounidenses Clara Bow, Tallulah Bankhead y Colleen Moore; la escritora británica Nancy Cunard, la bailarina francesa Joséphine Baker, la pintora polaca Tamara de Lempicka y la novelista norteamericana Zelda Fitzgerald.
LA MODA FLAPPER, PURA SENSUALIDAD
Las flappers eran mujeres sexys e irreverentes que apostaron por un estilo de vida diferente. Sin duda alguna marcaron tendencia en aquellos tiempos pues usaban faldas más cortas de lo habitual y no llevaban corsé, todo un escándalo para la época.

Después de tanta modosidad tocaba una vida loca y llena de exuberancias. Por tal motivo a algunas se les veía conducir a mucha velocidad y -de acuerdo con apuntes de la época- la mayoría tenía una vida sexual promiscua con la que quebraban las reglas establecidas hasta el momento.
LAS FLAPPERS, INDEPENDIENTES Y ATRACTIVAS
Las flappers no necesitaron el permiso de nadie para vivir su vida. Se les veía en las noches camino a clubes de jazz donde solían bailar y fumar cigarrillos con largas boquillas. Se dice que en ocasiones aspiraban cocaína y practicaban petting (sexo sin penetración).
Ante los ojos de los más conservadores clasificaban como prostitutas porque se expresaban de una manera diferente y defendían una filosofía de vida muy distante de la “bien vista” por las mayorías patriarcales.
Aquellos cabellos cortados a la altura de las orejas -que podían ser bien oscuros o rubios platinados- las hacían únicas y guapas incluso ante sus peores detractores. Aunque las tildaran de indecentes, su belleza no podía ser opacada por lo que dijeran otros.
FLAPPER, MÁS ALLÁ DE UN ANGLICISMO
Varios criterios refieren que la palabra flapper empezó a ser utilizada en Inglaterra y puede hacer referencia al batido de las alas de una cría de ave cuando está aprendiendo a volar.
En tanto, algunos indican que pudiera derivar de un uso anterior en el sentido de una jovencita cuyas trenzas ondeaban (flap) a su espalda al igual que sus faldas en torno a la rodilla.
Por su parte, Estados Unidos asumió desde el primer instante que el término procedía de una moda de usar zapatos de burdel con tacones altos y una “flapper” pasó a ser cualquier adolescente impetuosa o mujer menor de 30 años con características similares a las expuestas anteriormente.

Un tiempo después el término fue acogido como una moda y estilo de vida de mujeres provocadoras e inmaduras. Sin embargo, hasta la actualidad solo ha trascendido lo primero. Fueron alborotadoras, pero legaron -quizás- la primera moda dictada por mujeres.