Por 62 años ha sido tan regular como un metrónomo la queja del régimen cubano contra el “criminal bloqueo norteamericano a Cuba”, con resoluciones de la ONU incluidas. ¿Cuántos mitos y realidades se esconden tras el latiguillo del bloqueo norteamericano a Cuba? ¿Desde cuándo y por qué se mantienen tales medidas? ¿Es bloqueo o embargo?
Empecemos por decir que el primer embargo a Cuba desde Estados Unidos data de 1958, antes incluso de la revolución de Fidel Castro. Se implementó contra el régimen de Fulgencio Batista para impedir el suministro de armas al ejército nacional y, tras el proceso de nacionalizaciones de tierras e inversiones norteamericanas en la Isla, se aplicó el actual.
Por ello, Cuba se convirtió en una economía subsidiada por la URSS hasta 1990, y con la caída del gigante eurasiático, se vio la naturaleza real del sistema: un monopolio del Estado y nula iniciativa privada que obligó a abrir algo la economía a tono con la crisis. Tímida y restrictiva, pero apertura al fin, al capital foráneo y al trabajo por cuenta propia.
Y según dijo Eduardo Gamarra, profesor de la Universidad Internacional de Florida a CNN: «gran parte del boom turístico de Cuba ha sido gracias a la inversión española». «Que el embargo ha causado los problemas de Cuba, es falso. Es la forma de justificar el fracaso. Gran parte de lo que pasa ahora es producto del acceso al mundo del cubano de a pie a través de las comunicaciones». Lo que no se ve, se puede manipular.

DESMITIENDO MITOS DEL BLOQUEO NORTEAMERICANO A CUBA: LA INEFICIENCIA MÁS CARA
Habíamos dicho que Cuba declaró el default de su deuda externa cuando colapsó la URSS y perdió tres mil millones de subsidios para funcionar como país. Entre 1960 y 90, Cuba recibió más de 65.000 millones de dólares soviéticos, sin contar los que recibió de otros países socialistas, a través del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME o COMECON por sus siglas en ruso).
Pero el régimen es una máquina de dilapidar subvenciones. Las ayudas soviéticas fueron equivalentes a seis planes Marshall (con el que Europa se levantó del desastre de la 2da Guerra Mundial) y no consiguió mejorar su patrón de crecimiento ni la productividad, ni mucho menos, crear una infraestructura adecuada para su desarrollo.
“Cuba tiene un nivel de pobreza que, calculado de manera independiente (única forma), llega al 50%. Según la ONEI (Oficina Nacional de Estadísticas e Información), el 35,6% de la población en edad laboral está sin empleo o desocupada. El desastre económico haría descender el Índice de desarrollo humano para Cuba, del puesto 73 a los últimos lugares del mundo”, afirma Daniel Lacalle, doctor en Economía.
Y entre Rusia, China, Venezuela y sus principales socios comerciales han dado ayuda financiera y donaciones que superan 200.000 millones de dólares en 16 años. Mucho más de lo recibido por Latinoamérica del FMI. Y siguen imprimiendo pesos sin valor mientras dilapidan reservas, por ello la inflación en 2021 alcanzará el 500% según The Economist.

EL IMPAGO DE CUBA COMO NORMA
En 1973, el gobierno argentino de Héctor Cámpora, le otorgó a Cuba un préstamo por 1.278 millones de dólares a seis años de plazo al 6% anual, financiando la venta de mil tractores, 5.515 camiones pesados Fiat y 6.000 Fiat 125, Renault 12, Ford Falcon, Citroën Ami 8, Peugeot 404, y 9.000 Dodge 1500 para taxis. Cuba jamás pagó un centavo.
Brasil logró arreglar lo que Cuba le debía, mediante un acuerdo para construir hoteles en la Isla cambio de que el estado cubano cancele la deuda con un fondo creado con entre el 10% y 30% de los ingresos anuales que obtenga de sus exportaciones hacia Brasil, especialmente de productos médico-sanitarios.
También México, a través del Banco Nacional de Comercio Exterior de México (Banamex), firmó con el Banco Central de Cuba la reestructuración de 400 millones de deuda soberana cubana con el país azteca.
En los últimos 18 años, China ha perdonado casi 5.000 millones en deuda a Cuba, casi la mitad de la deuda total que ha perdonado a otros. El comercio con China ha bajado por esos impagos. Rusia les ha donado miles de millones de dólares, a través del Programa Mundial de Alimentos y el perdón del 90% de la deuda contraída (unos 25.800 millones de dólares).
Solo entre 2011 y 2014 México, Japón, China y Rusia juntos eximieron de pago 40.000 millones de dólares de deuda al régimen, lo que equivale al 50% del actual PIB de Cuba, según Forbes. El Club de París en 2015 canceló 8.500 millones en deuda pendiente.
Conclusión elemental para cualquiera: siempre hacen lo mismo, pedir prestado, dilapidar el dinero, empobrecer a la gente y no pagar. ¿¡Cómo pretender que un país arruinado, que no produce nada, con ese historial de impagos, pueda recibir créditos!?

EL MITO DE LA IMPOSIBILIDAD DE COMPRAR A USA
Y así se llega a otro de los mitos manejados por el régimen cubano para su propaganda “antibloqueo” y victimización constante: la imposición de pagar a Estados Unidos en efectivo por sus importaciones. El argumento se derrumba si se ve la lista de casi una veintena de bancos internacionales acreditados para ese comercio.
Los más notorios son BBVA, National Bank ok Canada, que pagan las facturas de las importaciones desde EE.UU con líneas de crédito por 45 días o más, a los que les toca el dilema eterno: Cuba no respeta los términos de pago. Los dólares en efectivo que según el régimen no tiene donde colocar, van a esos bancos extranjeros para tal fin.
Y EE.UU es uno de los cinco mayores socios comerciales de Cuba. Si se ve la web del USA – Cuba Trade and Economic Council (único organismo con cartas de cooperación con la Cámara de Comercio de Cuba), el 3 de Septiembre de 2021 refleja que se envió 88% más de suministros a Cuba que el año anterior.
En las exportaciones de alimentos y productos básicos agrícolas de EE.UU a Cuba destacaron cuartos, carne y patas de pollo congelados, maíz, café, comida para perros y gatos, madera. Los productos avícolas fueron el 90,9% de las exportaciones y el maíz el 8,5%. Desde diciembre de 2001, tales exportaciones ascienden a seis mil 475 millones mil 787 dólares.
¿¡De qué bloqueo norteamericano a Cuba e imposibilidades se puede hablar!? La cuestión vuelve a ser la del perro persiguiendo su rabo en el mismo círculo y mordisco: ningún gobierno permitiría que a sus productores nacionales les “compren” productos de su trabajo sin CERTEZA DE PAGO, de ahí la exigencia de abonar, a través de bancos acreditados, el importe en plazo requerido.

MÁS MITOS Y REALIDADES DEL BLOQUEO NORTEAMERICANO
Ese informe da información sobre exportaciones a Cuba, según la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de las Exportaciones (TSREEA) de 2000 y la Ley de Democracia Cubana (CDA) de 1992. La TSREEA autorizó la exportación comercial directa (en efectivo) de productos alimenticios y agrícolas, independientemente del propósito.
Entonces el llamado bloqueo norteamericano a Cuba no es la imposibilidad de comprar en Estados Unidos y terceros países, sino que Cuba debe pagar de inmediato, sin créditos. Y volvemos a la parábola del perro tras su cola si ante el más simple análisis de la realidad se derrumba el planteo de “no podemos desarrollarnos por estar bloqueados”.
Manuel Viera en su página de Facebook lo ilustra: “Por años hemos visto ingresar proveedores extranjeros al país, crear infraestructura y luego salir huyendo ante el impago, los corralitos financieros o la tergiversación con el objetivo de no pagar. Aun cambiando la Ley de Inversión extranjera y otorgando facilidades increíbles, son pocos los que confían en el incipiente mercado cubano para invertir”.
Hace un año el gobierno norteamericano reitera que si Cuba crea el mecanismo para garantizar que las remesas se entreguen en manos del cubano, se autorizarían nuevamente. Pero el régimen insiste tercamente en su mecanismo de Fincimex, Gaesa y las tarjetas en dólares para pagar comida y electrodomésticos con casi 600% de sobreprecio, a más de los abusivos aranceles de aduana.
Y la justificación es la tan manida “vulneración de soberanía desde la postura injerencista” y culpar a Estados Unidos y al bloqueo mientras el pueblo sin remesas se las ve y desea para sobrevivir. No hay lógica en que el estado cubano pueda disponer de ese dinero, fruto del trabajo de su maltratada Diáspora, a su antojo.
Seguiremos ahondando en el tema. Hay mucha tela por donde cortar.