Mallorca es la isla del paraíso, dicen muchos. Y, aunque es cierto que existen otros lugares de ensueños en el planeta, la más grande las Baleares despunta no solo por su exquisita gastronomía y espectaculares playas, sino por las inolvidables vistas que regala a viajeros y residentes.
Creo que uno de los principales encantos de la isla española son las diversas perspectivas desde las que puedes disfrutar de tanta belleza. Ya sea desde el avión al despegar o aterrizar, o desde el coche cuando subes o bajas por una pendiente, siempre hay un momento para alucinar.
Navegar por sus aguas es otro de los grandes placeres que ofrece Mallorca ya que permite conocer la magia de playas y calitas inigualables, pero, sobre esos enigmáticos rincones hablaré en otro momento.
VISTAS ESPECTACULARES
No quiero ser injusta pues la isla de Mallorca es preciosa de norte a sur, y de este a oeste. No obstante, hay lugares en los que he dejado un trocito de mi corazón. Y son precisamente estos cinco de ellos.
Para mí, el Cabo de Formentor es uno de los lugares más bellos que he visto en mi vida. Un antiguo amor abrió mis ojos a paisajes ante los cuales solo pude guardar silencio. No le bastó mi asombro y me dijo: Ahora vas a alucinar.
Tenía razón. Hasta hoy guardo en mi cabeza imágenes del entrante de tierra más septentrional de la isla de Mallorca donde en algunos puntos los acantilados alcanzan 300 metros de altura. Es impresionante, pero la fantasía de estar allí solo pudo completarla llegar al faro.
Las vistas desde Sa Foradada son incomparables. Simplemente no hay palabras para describir un atardecer allí, hay que vivirlo. Dicho lugar recibe ese nombre porque tiene un agujero visible desde varios puntos de la Sierra de Tramuntana.
MÁS BELLEZAS DE MALLORCA
La carretera para llegar a Sa Calobra es alucinante no solo por su trazado, sino por los paisajes que regala durante el viaje. Sin embargo, solo se trata del preámbulo de una aventura mágica.
Sa Calobra está conformada por playas refugiadas entre pronunciados acantilados rocosos, y divididas por el Torrent de Pareis, una maravilla natural que atraviesa la Sierra de Tramuntana y desciende hasta el mar Mediterráneo desde el lugar llamado S’Entreforc.
Otra de las vistas más espectaculares de Mallorca puede disfrutarse desde el santuario de Cura, un monasterio religioso situado en la cima del puig de Randa que tiene una altura de 543 metros.
Ya la ciudad de Palma deslumbra por su belleza y exquisita arquitectura el Castillo de Bellver, una fortificación de estilo gótico construido a principios del siglo XIV por orden del rey Jaime II de Mallorca.
Majestuoso se levante sobre un monte de 112 metros por encima del nivel del mar rodeado de vegetación y desde donde se puede contemplar la ciudad, el puerto y la Sierra de Tramuntana.
