Cuando en el año 490 a.C el soldado Filípides recorrió los aproximadamente 42 kilómetros existentes entre Maratón y Atenas para anunciar la “victoria” sobre los persas, lejos estaba de imaginar que sería el precursor de una de las pruebas fundadoras de los Juegos Olímpicos: la maratón.
La maratón ha estado presente en el programa de los Juegos Olímpicos Modernos (JJ.OO) desde la primera edición Atenas 1896. En el debut ateniense la prueba se disputó sobre una distancia de 40 kilómetros y el atleta local Speridon Louis fue el primero en cruzar la meta en el estadio Panatenáico, con un tiempo de 2 horas 58 minutos y 50 segundos.
En las dos siguientes citas olímpicas (París 1900 y Saint Louis 1904) la distancia de la maratón cambió en dependencia del circuito diseñado por los organizadores; en ambos casos, tal como sucedió en Atenas, fueron corredores locales los ganadores. En la capital francesa en medio del caos provocado por el cambio del recorrido a última hora, se impuso el luxemburgués devenido francés Michel Théato(2:59:45). Cuatro años después, en San Louis, la alegría para los anfitriones llegó en las piernas de Thomas J. Hicks(3:28:53).
La realeza británica estira la maratón
En los Juegos Olímpicos de Londres 1908 se disputó por primera vez la prueba sobre un recorrido de 42 kilómetros 195 metros, trayecto que se hizo oficial en 1921. En la decisión de los londinenses de ampliar la distancia inicial de 40-41 kilómetros a los definitivos 42.195 mucho tuvo que ver el deseo-capricho de la familia real de presenciar la partida de los maratonistas desde sus aposentos, por lo que la arrancada de la prueba se fijo en el Palacio Real de Windsor. Pero la felicidad de la realeza se resumió al momento de la partida porque sobre el asfalto se impuso el estadounidense Johnny Hayes(2:55:18).
Las calles de la ciudad sueca de Estocolmo, sede de los JJ.OO de 1912, fueron el escenario para el triunfo del sudafricano Kenneth MacArthur(2:36:54), en una carrera donde los tres medallistas bajaron de las 2 horas 40 minutos, distante de las 2 horas 55 minutos cronometrados por el vencedor cuatro años antes.
Tras la guerra otra vez el largo aliento
Amberes(1920) significó el regreso de los JJ.OO tras la cancelación de la cita de Berlín a causa de la Primera Guerra Mundial. Y otra vez los maratonistas salieron a devorar kilómetros, con el protagonismo del finlandés Hannes Kolehmainen, ganador con récord del mundo de 2 horas 32 minutos 35 segundos. Finlandia repitió aporte dorado en París(1924) por intermedio de Albin Stenroos(2:41:22).
La siguiente cita estival se realizó en la ciudad neerlandesa de Amsterdam en 1928, donde la victoria en la prueba más agotadora del atletismo correspondió al francés de origen argelino Ahmaed Bougheera El Ouafi(2:32:57). Detrás del corredor galo cruzó la meta el chileno Manuel Plaza, convirtiéndose en el primer medallista olímpico de su país.
El subtítulo de Plaza sería la antesala del primer oro olímpico de un maratonista latinoamericano. Pero eso será tema para un próximo acercamiento a la historia de oro de la maratón en los JJ.OO.