Con más de tres millones de casos de coronavirus confirmados mediante prueba diagnóstica de infección activa y casi 66 mil fallecidos a través de test positivo hasta el 16 de febrero, España está todavía lejos de superar la pesadilla desatada por el covid-19.

Con los fármacos Pfizer, Moderna y AstraZeneca el país ibérico ejecuta un esquema de vacunación dirigido en sus primeras etapas a los grupos más vulnerables. Sin embargo, el proceso no avanza a la velocidad esperada.

Ya sea por retrasos en la distribución o en la vacunación no se observan los resultados deseados y las personas siguen a la espera de noticias que los hagan avizorar un futuro mejor.  

Hasta el momento, la nación ibérica ha inmunizado a más de un millón de personas. Este ritmo de vacunación solo cubre al 2,1 por ciento de la población (47,3 millones) desde el inicio de la campaña en diciembre último.

No obstante, el Gobierno prevé llegar al verano con el 70 por ciento de la población española inmunizada.

EL CASO DE BALEARES

Según autoridades, el criterio de vacunación -no solo en España sino en Europa-, está establecido sobre criterios de riesgo y sanitarios. Por tal razón este tema económico no constituye la máxima prioridad.

Dicha situación preocupa, por ejemplo, a Baleares, cuya actividad económica está basada en el turismo y hoy despunta como una de las comunidades europeas más perjudicadas por la pandemia.

Además de las pérdidas económicas de la temporada turística anterior ahora inquieta la lentitud en la administración de vacunas. A criterio de varios medios, en el primer destino de España se está vacunando a un ritmo “excesivamente lento”, en comparación con otras zonas turísticas del país ibérico.

En Baleares, la temporada de semana santa se ha dado por perdida y realmente los augurios de que cambie el panorama de cara al verano son muy dudosos, por lo que todo parece indicar que la recuperación tardará más tiempo del deseado.

A usted le puede interesar.