Las autoridades de la isla caribeña confirmaron el paso de la nación a la fase de transmisión comunitaria. El país no ha podido ocultar el colapso del sistema hospitalario, puesto que los contagios ascienden a valores cercanos a los 3 mil diarios. Tan solo el 30 de junio reportaron 2 970 pacientes positivos, de los cuales solo 73 son importados.

El paso a la fase 3 implica el aumento de las restricciones de movilidad, cierre de instalaciones educativas (aunque en este momento comienzan las vacaciones de verano), prohibición de tránsito entre localidades y provincias. Los cubanos podrán enfrentarse a un aumento de las ya comunes multas que sobrepasar los 2 mil pesos cubanos en caso de uso “equivocado” de la mascarilla.

Lo paradógico de la grave situación que vive Cuba es que el país logró elaborar en tiempo record 3 vacunas, dos con rango de efectividad sobre el 60% y otra con 92%, según informaron las autoridades de salud del país. Aunque se despliegan campañas de vacunación, masiva donde la responsabilidad de las reacciones recaen en el paciente, no ha sido suficiente.

El país experimenta un rebrote similar en proporciones de contagios con el sufrido por la India en los últimos meses. En provincias como Santa Clara se reportan cifras límites en la capacidad de atención hospitalaria.

Causas y responsables

Entre las causas de esta crisis se encuentra el actuar negligente y arrogante del gobierno cubano, quien se negó a recibir lotes de vacunas gratuitas proporcionadas por la OMS. El régimen apostó a la campaña publicitaria a sus candidatos vacunales con miras a la recuperación económica y abandonó a la población. 

A estos problemas de gestión temprana de inmunización se suma la precaria situación económica que vive el país que genera aglomeraciones permanentes para acceder a los pocos productos de primera necesidad que controla el gobierno comunista. 

Aunque la tasa de letalidad, tanto en India como en Cuba, se han mantenido por debajo del 2%, el crecimiento exponencial de los contagios traerá consigo un aumento de los fallecidos. Aunque el sistema de salud cubano cuenta con un gran número de camas UCI (Unidades de Cuidados Intensivos), el sistema tiene un límite, sin contar el desabastecimiento de medicamentos. Cuba carece hoy de antipiréticos, antihistamínicos y analgésicos. Bajar una fiebre de COVID se vuelve misión imposible en la “potencia médica”. 

Las autoridades reconocen que la variante DELTA es una de las responsables del rebrote. No existe información hasta el momento de la efectividad de las vacunas cubanas ante las nuevas cepas. El panorama no es alentador para los cubanos. Las condiciones van a peor y un estallido social por mal manejo de la pandemia puede tener resultados insospechados.