
Esta pregunta pudiera resultar muy recurrente entre millones de personas, especialmente en aquellas que esperan con ansiedad y emoción sus vacaciones para emprender un nuevo viaje. De modo que la interrogante de ¿cómo será el turismo post pandemia?, cobra hoy notado realce.
Aunque no tenemos todas las respuestas porque todavía estamos en plena avalancha del Covid-19, sí podemos ahondar en el tema y analizar algunos cambios que se vislumbran, porque ya nada volverá a ser igual que antes en cuanto a viajes.
Los tiempos de ocio son importantes y recomendables para la salud mental y física. Por tal motivo, luego de confinamientos y montones de restricciones los seres humanos hemos cambiado y ahora deberíamos ser más conscientes de los riesgos, y -por ende- más cautelosos.
Por lo tanto, siendo prudentes tenemos un alto porcentaje de elegir destinos interesantes teniendo en cuenta medidas de seguridad. Es vital usar mascarilla y llevar contigo un bol con gel hidroalcohólico para higienizar tus manos en caso de que no tengas cerca un aseo para hacerlo con agua y jabón.
RESILIENCIA, PALABRA DE ORDEN EN UN MUNDO POST COVID

La Psicología define resiliencia como la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente… Es decir, situaciones extremas entre las que califica -sin discusiones- la pandemia del coronavirus.
Cuando a finales de 2019 y principios de 2020 se anunciaban los primeros contagios, pocos imaginamos que sería algo tan traumático que trasformaría la vida de miles de millones de personas en todo el globo terráqueo.
El sector del Turismo ha sido de los más dañados por lo que ajusta muchas de sus líneas de trabajo en pos de la recuperación. Entre las modificaciones que se entrevén, se haya un mayor uso de las redes sociales para vender productos y servicios..
Por otra parte, no pocos viajeros querrán garantías de una adecuada seguridad sanitaria por lo que estarán dispuestos a pagar más por atenciones personalizadas y exclusivas que los mantengan alejados del contacto directo con otros. Y es que la reducción de las aglomeraciones llegó para quedarse.
BRAZOS ABIERTOS A LO NATURAL

Con la pandemia aprendimos a amar más a la naturaleza y a apreciar los millones de vistas, aromas y enseñanzas que nos regala. Así la visita a espacios abiertos, sitios naturales y senderos ecológicos ha pasado a ocupar un lugar importante entre turistas foráneos y extranjeros.
Lo más probable -por no decir lo seguro- será que tras el Covid-19 muchos viajeros busquen destinos confiables en los cuales no haya masificación y puedan estar en contacto con entornos abiertos más saludables, ya sea el bosque, la montaña o el mar.
Aunque el virus remita y con el ritmo de vacunación el ambiente se vaya acercando a la antigua normalidad, la percepción del riesgo no será la misma. Eso incluye conductas diferentes y hasta algunos cambios en el contenido de los equipajes.
No serán pocos los que se plantearán redescubrir un poco más el mundo que les rodea antes de lanzarte a un viaje intercontinental. Incluso, podríamos estar hablando de un boom del turismo rural y senderismo sin abandonar las reuniones sociales.
RESPETAR MEDIDAS SANITARIAS EN EL TURISMO POST PANDEMIA

El miedo y el dolor nos hacen cautos. Entonces la misión número uno es la de cuidarse y velar por la seguridad de los demás. Asimismo, sería conveniente que las naciones receptoras de viajeros se cuidaran más y estos -a su vez- fueran consecuentes y respetuosos con las normas establecidas.
De momento no se habla de eliminar las principales medidas sanitarias del último año. Las más mencionadas es la obligatoriedad de la mascarilla en interiores, transporte público y zonas comunes. En cuanto a espacios exteriores algunas disposiciones podrían variar.
Quizás ahora el turismo – uno de los sectores más golpeados por la actual crisis – tendrá que replantearse diversas estrategias porque ahora los clientes serán más exigentes con temas vitales como seguridad, higiene, privacidad y estabilidad sanitaria.
Generar confianza entre los visitantes pudiera ser uno de los mayores retos de la industria del ocio. Además, crear ofertas atractivas, ser flexibles con cambios o cancelaciones de última hora también sería una buena carta a jugar. Reconquistar al viajero con todo lo que exige el proceso debería ser una premisa.